Para mi amigo Luis Toledo Sande
Amigo Sande,
¿Quién sabe cuánto escribiría yo?,
si supiera
¿Cuánta agonía y belleza engarzan las palabras
que sugieren caminos
incompletos?
Bailarinas inagotables,
saltarinas de madrugada,
escupidas verdades,
abofeteando la discreción.
¿Cuanta belleza
tendría yo,
si alcanzara a encontrar las palabras?
Ella se burlan,
me conocen ignorante de sus elucubraciones,
canturrean en silencio
amparadas en la coreografía versátil
sin darme participación.
Alguna que otra vez,
las tomo y "enmadejo",
ni siquiera soy feliz en mi trenzado.
Ellas me vencen, amigo.
A veces, desaparecen
con la misma premura
con que me despiertan
en la madrugada.
Yo las respeto, ¿sabes?
las tomo, las suelto, a una vez,
y me divierto apenas
con sus fines
"maquiavélicos", pervertidos,
inquebrantables.
Me rindo de una vez,
mejor termino.
En esta relación
cada palabra debe
unicidad, arraigo
y ¿qué soy yo?
¿quién soy yo?
Tan dispersa, acongojada,
muy débil para jugar su juego
o, muy fuerte para dejarlas ir.
Se han burlado de mí,
maestro del dolor de poseer-las,
tómelas de vuelta.
Ellas, hummmm
ya ellas se encargarán de regresar
a torturarme apenas.
¿A que más?
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