jueves, 3 de octubre de 2013

Fermina Laza y Florentino Ariza

Volver a los tiempos del cólera es más que una verdad de salud, una verdad de luz, desde que el Gabo, lo escribiera como promesa de amor eterno y de sueño alcanzabla. Lejano si, pero alcanzable al fin. No sé si estarás escribiendo en el libro de p.... o te cansaste de seguir esperando la próxima novela. Ya García Márquez dejó caer una sospecha. Lo cierto es que la literatura se ha ido colgando en papeles como Úrsula hacía, colocándolos sobre los objetos para no olvidarse en la memoria, viviendo 100 años de soledad, incluso cuando el coronel no tiene quien le escriba. Que importa si las historias de algún náufrago sin que haya llegado a alta mar, nos llena la cabeza de anécdotas, ahí estás tú, presentándote de nuevo en alguna plaza, entre la gente, colocándote entre los lecturas y siendo noticia para que yo vuelva a sacar la cuenta de las lecturas que te he hecho y de lo que no se me puede quedar sin leer. Así te quiero, ahora y siempre como cuando iba a la Fundación del Nuevo Cine latinoamerican, aquí en Cuba, cuando la sala cinematográfica me envuelve de nuevo entre verdes y rojos de butaca y cortinas para rememorar historias y personajes que ya van siendo cúmulos de mi propia literatura. Ahí estás tú con esas alas enormes de Fernando Birri en los sueños latinoamericanos, en el cine, en el Fausto que trajo a la última cita del Festival Internacional del Nuevo Cine latinoamericano, o en la literatura llevada como cuento al cine, en tus cuentos Gabriel, para cautivarme más de una noche de cinéfila, enamorada y soñadora. Eso es volver, siempre llenarme como anoche con Paco de Lucía y los suyos...de flamenco y música, sonido y tablao, eso es volver.